Tuesday, June 25, 2013

Retroceso 

Abril de 2002 


Abril caminaba por las oscuras calles a punto de recibir el amanecer, vestida de negro, con una falda que le llegaba hasta los tobillos; lucía embarrada y desordenada, con afán lloraba camino a su morada.
Doña Marta le aguardaba en el tercer piso del edificio. Cuando entró al apartamento, Abril recibió terribles golpes y haladas de cabellos, toda la furia de su mamá que presentía que su hija había tenido una extraña y muy agitada noche.
Todo había comenzado con los tragos, uno, dos. tal vez veinte, lo cierto que es que ella estaba en un cercano estado de inconsciencia. La presencia de Jhon, un hombre al que poco conocía, le producía cierta fascinación y atracción. Le gustaba su forma de hablar, sabía mucho de historia y de música, además era un hombre muy atractivo.
El deseo rondaba en el ambiente de hierba y licor, envueltos en el juego de la seducción se dejaron arrastrar por sus instintos y rompieron las barreras que en vida cotidiana existían; Abril tratando de evitar un contacto más íntimo, terminó siendo víctima de aquella bestia a quien ella misma había provocado.
Lleno de calor y lujuria la empujó al piso y se le echó encima; levantó su falda y agarrándole las manos con una fuerza desgarradora, comenzó a saborear las delicias de la carne prohibida. 
El sentir que era el dueño de la situación le proporcionaba infinito placer; ella quejándose y llorando bajo su cuerpo despertaba en él unas intensas ganas de penetrarla y hacerle daño. Arañaba su espalda, sus nalgas, mordía sus labios y pezones.
Por vez primera Abril experimentó una penetración anal y sintió desfallecer. Cuando Jhon tuvo que tomar un descanso, ella salió corriendo, aprovechando la oportunidad.
Fernanda llamó al día siguiente a Abril desde su trabajo. Contestó el teléfono la Señora Marta y le dio un fuerte regaño, culpándola por lo sucedido debido a que había dejado sola a su hija con un tipo al que ni siquiera Abril conocía.
- La dejé con quien ella estaba besándose, me fui porque me insinuaron que querían estar solos y desde luego yo era un estorbo para sus deseos. Respondió Fernanda defendiéndose de las acusaciones.
Parecía que toda explicación que diera la mejor amiga de Abril era inútil. Doña Marta estaba terriblemente afectada debido a que Jhon había violado a su única hija.
Fernanda estaba muy confundida, no podía creer que su amigo se hubiera aprovechado de aquella manera salvaje de la inocente Abril. Habló con ella por teléfono y ella repitió la cruel historia que ya había contado su mamá.
Ese fin de semana reflexionó todo el tiempo, Fernanda había conocido a Jhon hacía dos años, con él se embriagaron infinidad de veces y nunca Jhon intentó sobrepasarse. Acampaban y caminaban juntos sin que se rompieran los lazos de amistad existentes, habían compartido alterados estados de conciencia frecuentemente y nunca llegó a ocurrir nada. Pero ella también conocía los arranques violentos de su apreciado amigo, había presenciado su participación en múltiples peleas callejeras de las cuales casi siempre salía vencedor. A Jhon le gustaba ver la sangre de sus enemigos y en repetidas ocasiones confesó su gusto por el sado masoquismo.
El lunes en la noche, al llegar de su oficina, Fernanda tuvo un encuentro con Abril. Ella estaba pálida, cansada, ojerosa y caminaba medio coja. Abril expuso algunas marcas violentas en su cuello, espalda, pecho y piernas y lloraba desconsolada maldiciendo al animal culpable de su desgracia. 
Entonces la luna iluminó los rostros llenos de lágrimas de dos tristes amigas que sintieron el engaño y la perversión de los hombres.
El martes Fernanda telefoneó a Jhon y se citaron en un parque oscuro y alejado del barrio.
Fumaron un cigarrillo y él expresó las muchas ganas que tenía de hablar con ella.
-Qué fue lo que pasó el viernes? Usted es mi amigo y quiero que me cuente la verdad. Dijo Fernanda enojada.
- Qué pasó de qué? Tuve sexo con esa nena y estoy arrepentido. Usted sabe que yo quiero a mi novia y que estamos esperando un hijo. Además Abril ni siquiera me gusta, no sé qué pasó, Lucifer se apoderó de mi y me llenó de lujuria. Y mirando al cielo gritó: es acaso fornicar algún pecado, después del placer haber experimentado, entonces para qué instinto diste desgraciado, si al final terminaremos en tu reino.. desquiciado.
Fernanda le reclamó por lo de Abril y él contestó que todo había pasado con su consentimiento.
- Se lo juro que a ella le gustaba lo que le hacía, disfrutaba cuando golpeaba sus gordas y blancas nalgas, aullaba de placer cuando mordía sus pezones y suplicaba que la apretara con fuerza.
Sé que para ella fue salvajemente delicioso, puedo dar más detalles que darían fe de ello. No puedo creer que la maldita haya inventado que yo la violé, es una vil zorra!
Doña Marta encerró a Abril, no la dejaba salir ni siquiera al supermercado. Fernanda se empezó a alejar del que fuera su amigo, Jhon y se aferró más a su novio, separándose de su círculo normal de amigos de barrio.
Un día en el centro comercial se encontró Doña Marta con Jhon, su mujer y un coche de bebé. Armó tremendo escándalo señalándolo como violador. Yadira, la mujer de Jhon se avergonzó y llorando preguntó a Fernanda qué sabía acerca del asunto.
- No sé lo que realmente sucedió esa noche. Pero yo pude ver las marcas que le quedaron a Abril en su cuerpo.
Luego de haber sido abandonado por su amada, Jhon fumaba con desespero en el parque lejano. Fernanda llegó y Jhon le dijo:
-Pudo haberle dicho la verdad, que todo pasó con la aprobación de Abril. Yo nunca la violé. Usted confió más en esa perra y me jodieron la vida. Yadira no quiere saber nada de mí, estoy lejos de mi hijo, y en cuanto a usted, perdió un fiel amigo por culpa de una mentira.
Los meses pasaron y Fernanda y Abril volvieron a ser las mismas de siempre, frecuentando bares y viejas amistades.
Llegó el día del Rock Festival que se celebra cada año en la ciudad. Y entre sonidos distorsionados y voces guturales, las amigas se emborracharon con tragos de vodka.
- Cómo quisiera estar en este momento con Ricardo. Suspiró Fernanda. Era tan buen amante, recuerdo cuando me daba nalgadas  mientras me hacía el amor, eso me excitaba tanto...
Entonces Abril completamente ebria pronunció:  he tenido muchos amantes, pero ninguno tan deliciosamente salvaje como Jhon...





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